Los comportamientos alimenticios más frecuentes en nuestra sociedad evidencian actitudes que nos confirman la necesidad de la intervención educativa con el objeto de desarrollar desde la primera infancia una cultura de la alimentación más saludable.
Es importante enseñar a los niños a descubrir la riqueza que puede dar el consumo de un buen plato con una buena compañía…porque también en la escuela, comer significa salud, placer y convivencia.
El almuerzo, el desayuno y la merienda en el jardín son momentos sociales intensos, donde se comparten charlas, anécdotas y también hábitos alimentarios.
Los chicos observan lo que traen sus compañeros, comparten, convidan, prueban, se tientan con algo que no conocen y así van descubriendo otras opciones posibles.
El cuidado para las degustaciones, para las buenas y bellas composiciones de los platos, para la estética de la mesa, el placer de poder compartir los momentos de alimentación con amigos…esta sensibilidad extendida hacia todas las acciones del nutrir y nutrirse se convierten en condición esencial y compartida del ocuparse de sí mismo y e los otros.
El proyecto de alimentación en Septiembre invita a padres, niños y docentes a preparar mesas alegres, sabrosas y compartidas, una de las formas posibles, para asegurar que una alimentación sana y equilibrada pueda convertirse en una costumbre saludable.
Esperamos que nos acompañen en esta propuesta.
Equipo Docente y de Conducción